Apoyo a Ucrania

En 2014, la Federación Rusa inició una guerra contra la integridad territorial y la soberanía de Ucrania e intensificó su agresión con una invasión a gran escala el 24 de febrero de 2022.

Los crímenes internacionales y de guerra, registrados por los organismos encargados de hacer cumplir la ley desde 2014 confirman el único propósito de esta agresión: el deseo de la Federación de Rusia de destruir a los ucranianos como nación mediante el genocidio físico:

  • asesinatos masivos de civiles

  • secuestro, tortura y violación de civiles en los territorios ocupados

  • deportación de ciudadanos ucranianos

  • organización de un sistema de «campos de filtración» en los que están recluidos varios miles de ucranianos

  • detención y tortura brutal de prisioneros militares violando los derechos decretados en la Convención de Ginebra.

El ejército ruso pone deliberadamente en peligro la ecología de todo el planeta (destrucción de instalaciones nucleares ucranianas, destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka, de ecosistemas y de reservas naturales).

Mediante ataques masivos diarios con misiles, Rusia está destruyendo las infraestructuras civiles, instalaciones médicas, escuelas y guarderías de Ucrania y así como el patrimonio cultural y arquitectónico de Ucrania.

El número de niños muertos, heridos, desaparecidos o desplazados por la fuerza aumenta cada día. Y actualmente es imposible establecer su número exacto debido a las hostilidades activas y a la ocupación temporal de parte del territorio de Ucrania.